Para quienes trabajamos el Chocolate, no cabe la menor duda de que se trata de un
producto delicado, frágil y vivo. Tanto al momento de elaborarlo como al
momento de su conservación y degustación…
Dicha fragilidad tiene que ver sobre todo
con las materias primas que lo componen y como han sido tratadas a la hora de
llevar a cabo la elaboración del chocolate.
Con el paso del tiempo el chocolate va
evolucionando, claro está que esto varía de acuerdo a sus condiciones de
conservación.
Muchos de nosotros hemos notado que
los chocolates son muy sensibles a cualquier fuente de calor (Sol, fuentes de
luz, calentadores, hornos, etc.), pero también son sensibles a la humedad, a
los cambios de temperatura e incluso a los olores.
Así que en Late mi Chocolate hemos querido presentarte algunas reglas de
importancia para ser tenidas en cuenta a la hora de su conservación:
No
conservar el chocolate en la nevera o en el congelador
Un cambio de temperatura en el
chocolate puede dar lugar a la aparición de grasa natural del chocolate y dicha
grasa puede absorber los olores de otros alimentos.
Adicionalmente la humedad y el frío
blanquearían la superficie del chocolate, poniéndola áspera. Sin embargo, una
capa blanca o gris en algunos casos y con la condición de que sea ligera, no
llegará a afectar las calidades gustativas del chocolate.
Por lo tanto la temperatura ideal de
conservación se encuentra entre los 16 y 19ºC.
Así que de acuerdo a todo lo anterior sería bueno conservar
el chocolate en un sitio fresco, seco y alejado de olores fuertes.
Además hay que evitar los cambios bruscos de
temperatura y de esta manera impedir el
blanqueamiento de la superficie del producto.
Consejos
para degustar el Chocolate
El chocolate debe degustarse entre los 20 y 22 °C.
Si se hiciera a temperaturas más elevadas, el aroma
dulce destacaría sobre el sabor del cacao y a temperaturas más bajas de los 20°C,
el frío impediría el desarrollo de su aroma.
Entonces, antes de consumirlo sería bueno dejarlo una
media hora a temperatura ambiente y así poder percibir todos sus matices.
Algo interesante para saber es que el chocolate frío
sólo nos aporta el 20% de los sabores que podemos encontrar al degustarlo a la
temperatura adecuada.
La
superficie del chocolate debe de ser brillante, y su rotura será seca y limpia.
Hay que
percibir su aroma al abrir el empaque.
Al ponerlo
en la boca dejarlo fundir despacio y masticarlo en pequeños trocitos
paladeándolo lentamente.
Siguiendo
estos sencillos consejos podremos conservar y disfrutar de nuestro chocolate en
las mejores condiciones.
Así que regala un chocolate a ese ser especial en
cualquier ocasión y compártele los anteriores consejos.
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