En
esta época navideña a veces resulta un poco difícil escribir algo sin que en
realidad estemos promocionando algunos de nuestros productos. Y es que en
realidad en eso consiste parte del Branding…
Mientras
pensaba que escribir, salí un momento a la portería del edificio donde vivo a
recoger mi correspondencia y al mismo tiempo estaba una vecina recibiendo una
caja de chocolates, los cuales
abrazó contra su pecho y sus ojos se llenaron de lágrimas. Sólo atiné a decir: “¿Le sucede algo?”… entonces me contó la
más bella historia que hoy trasmitiré a ustedes.
Esta
fecha es muy importante pues solía ser su día de aniversario de bodas, pero
esta era la segunda vez que no lo celebrarían juntos, pues Carlos (su esposo)
había fallecido hacía año y medio, consumido por el cáncer.
Y es
que él tenía la costumbre de enviar a Ana (mi vecina), todos los años, una caja
de chocolates con una tarjeta que decía: “Te
amo más que el año pasado, así que mi amor será más grande cada año”.
El caso
es que recién fallecido su esposo el año pasado, alguien llamó a su puerta y le
entregó un paquete que contenía una caja de chocolates igual a la que le
regalaba su esposo y con una tarjeta que decía “Te amo”.
Ana
se molestó pensando que era una broma de mal gusto. Habló a la tienda de donde
provenían los chocolates, para reclamar por el hecho. Fue atendida directamente
por la dueña. Ella le dijo que sabía que su esposo había fallecido y le
preguntó si había leído el interior de la tarjeta. Le explicó que esos
chocolates estaban pagados por adelantado, así como todos los demás por el
resto de su vida.
Ana
colgó el teléfono con sus ojos llenos de lágrimas y procedió a abrir el sobre: “Hola mi amor sé que ha sido un año difícil
para ti, espero que te repongas pronto, pero quería decirte que te amaré por el
resto de los tiempos y que volveremos a estar juntos de nuevo. Se te enviarán
chocolates todos los años en nuestro aniversario, el día que no contestes a la
puerta, lo volverán a intentar y si aún no contestas quiere decir que ya estás
junto a mí. Te ama para siempre, tu esposo Carlos”.
Juan
Pablo II, escribió: “El amor no
es una aventura. Posee el sabor
de toda la persona. Tiene su peso específico. Y el peso de todo su destino. No puede durar sólo un
instante. La eternidad del hombre lo compenetra. Por esto se
le encuentra en las dimensiones de Dios”.
Mi conclusión es que
el amor verdadero es para la eternidad, incluso existe más allá de la muerte,
como en el caso de Carlos. Capaz de vencer todos los obstáculos, incluso el
tiempo, capaz de mandar Chocolates
desde la eternidad…
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